El diseño gráfico y el dibujo experimental pueden complementarse de una manera integral. En los meses de marzo y abril he tenido la suerte de asistir al III Taller de Dibujo Experimental organizado por la Universidad de Jaén e impartido por la artista Mariló Entrambasaguas.
Los beneficios para mi desarrollo profesional han sido numerosos. No decidí realizar este curso para emplearlo en mi terreno profesional. Sin embargo las conexiones fueron inevitables y lo que sucedía en un lado tenía su repercusión en el otro.
Entendemos por dibujo experimental el dibujo empleado como medio de expresión y comunicación potenciando las facetas no tradicionales del dibujo. Ello es posible a través de la experimentación de los materiales e incorporando contenidos conceptuales a la concepción de las obras.
El ordenador fue tal revolución en el diseño gráfico, que el diseñador se ve continuamente absorbido por él. Si además le unimos la impaciencia y/o la falta de tiempo que en muchas ocasiones se apodera de nosotros, son los ingredientes perfectos para echar en olvido parte de nuestras raíces y recursos más frescos. Nos vemos arrastrados por las circunstancias que no siempre favorecen el empleo de técnicas propias de Bellas Artes. En ese sentido, el curso ha sido enriquecedor en la medida en que ha supuesto una vuelta al lápiz y al papel directamente desde mi mano.
El diseño gráfico debe agradecer al dibujo experimental las texturas y formas orgánicas, frescas y plásticas. Combinadas con el ordenador le restan frialdad y rigidez al diseño, siendo la combinación perfecta para algunos trabajos.
A continuación, voy a hablar sobre las técnicas que me parecieron más interesantes de todas las que experimentamos para combinar con el diseño gráfico:
1. El garabateo: primer caso de diseño gráfico y dibujo experimental
Fue casi en lo primero en lo que estuvimos trabajando. Con su imprecisión, frescura, pureza… tan primitivo. Es casi una huella digital. Un resultado único en cada ser humano. Rápidamente visualicé su aplicación a uno de los encargos que en ese momento tenía en el estudio. El cartel para el próximo espectáculo de la Big Band de Jaén Jazzy, con un moderno repertorio basado en temas de Kirk McDonald, Natsuko Sugao, Bob Mintzer, Alex Cassanyes y Gordon Goodwin. La Big Band siempre ha representado para mí un ejército de músicos al que hay que poner en orden con firmeza y decisión. Tantas personas, tantos instrumentos, tantos temas, tanto que coordinar, en definitiva, tanto que dirigir. La cabeza visible se convierte en un manager capaz de poner orden en todo ese laberinto y sacar de todo ello la maravillosa música.
El cartel representa justo el momento en el que el director llama al orden a todos esos instrumentos y composiciones para que bajen hasta sus músicos y dé comienzo el espectáculo. El garabateo se identificaba perfectamente con ello.
2. El esgrafiado: segundo caso de diseño gráfico y dibujo experimental
Es especialmente interesante el resultado tan sensible que se consigue al combinarlo con la transferencia de formas orgánicas, por ejemplo de plantas. Aunque hoy día casi todo puede hacerse por ordenador, es mucho más placentero y motivador trabajar con los materiales directamente. Tocar las ceras, la tinta y sobre todo ese grado de sorpresa e imperfección, esa parte que escapa a nuestro control y que nos sorprende en el resultado final. Posteriormente, combinándolo con los adecuados programas de diseño, me di cuenta que era el binomio perfecto para unos resultados donde lo artístico coge un papel más que relevante. Es ideal para representar conceptos sensibles. Por ejemplo de literatura o poesía, como aquello que buscaba el Hombre de Hojalata del famoso libro del norteamericano Lyman Frank Baum, El Mago de Oz.
El esgrafiado es, en definitiva, una técnica que puede funcionar muy bien para ilustración, tanto en aplicaciones de fondos y escenarios, como para dar protagonismo a un objeto o personaje en sí. Se puede enriquecer combinándolo con otras técnicas como el transfer. Es el recurso de la huella, del marcaje, del reflejo de la herramienta con la que trabajamos. Admite muchas variantes y puede llegar a ser muy complejo por ello, compactando muchas soluciones que funcionan bien en muy poco espacio.
3. El transfer: tercer caso de diseño gráfico y dibujo experimental
Es la última técnica en la que vi clara la relación entre el diseño gráfico y el dibujo experimental. El transfer es una técnica que se hizo famosa gracias al artista estadounidense Robert Rauschenberg en torno a 1960 y que permite transferir imágenes y/o texto a otro soporte mediante el gel o disolvente al que es sensible la tinta de la imagen que vamos a transferir. Al hacer este traspaso, la imagen adquiere unas características propias con un aspecto gastado y poco definido.
Volviendo a su aplicación en el diseño gráfico, decidí hacerlo con una imagen del restaurante Carmen 26, para un prototipo que tenía que presentar de la carta/menú de este bonito lugar en Jaén. La clave aquí es la integración de la imagen con el resto, que quedó de maravilla. Una vez superado eso, nos la llevamos a Adobe® Illustrator para terminar de darle forma. Una vez más, la perfección del diseño por ordenador combinado con imágenes obtenidas mediante técnicas manuales nos da un agradable resultado. Además, una vez transferida la imagen, la opción de dibujar sobre la misma es muy aconsejable.
Vimos otras muchas técnicas que han supuesto una estupenda biblioteca de recursos para mi trabajo. Me han transportado a los procesos manuales. Estos son más gratificantes, frescos, orgánicos y representativos de las emociones del ser humano.
Gracias a la Universidad de Jaén, a Mariló Entrambasaguas y al fantástico equipo de compañeras que allí se gestó por haber hecho de este curso una experiencia enriquecedora y positiva.