Packaging sostenible, branding a medida
Tierras Vivas Cómeme es la marca creada para la comida fresca para llevar 100% bio elaborada por Tierras Vivas. Desde esta tienda de Jaén, referente en comida ecológica, han tenido la fantástica y sostenible idea de elaborar comida no cocinada con los frescos del día. Necesitábamos un nombre tan apetitoso y directo como su contenido y un packaging sostenible que apoye a esa marca.
1. La marca tiene que llamar a la acción
Con fuerza y sin rodeos. Cómeme… y después me cuentas. Es hablar directamente con la gente. En palabras de Iván Díaz, autor de Branzai, «No se trata del que más grita sino del que más significa». Como aquel bote que imaginara Lewis Carrol en su Alice in Wonderland y que la protagonista encuentra varias veces a lo largo de su camino. ¡Cómeme!. No te lo pienses, no lo dudes ni un momento, te va a gustar, es calidad.
2. Un packaging donde el contenido es su principal reclamo
En un producto de tanta calidad y frescura; con unos colores tan intensos como los que proporcionan las frutas y hortalizas con las que está elaborado, no podemos pasar por alto ese dato como uno de sus principales valores. Rojo tomate, verde espinaca, morado remolacha… Para destacar estos colores, o mejor dicho, para no restarles protagonismo, hemos escogido una etiqueta que deje la mayor parte del producto visible. Igualmente, el color en blanco y negro es, precisamente por el mismo motivo, el escogido para no interferir en los vivos colores del producto.
3. Un packaging retornable y reciclable es un packaging sostenible
El vidrio es el mejor material para la doble función que necesitamos: reciclarlo (en el caso de que no vayamos a regresar otro día a por otro producto) o retornarlo (en el caso de que queramos rellenarlo de producto otro día). Esto es muy importante de cara a la sostenibilidad del packaging, que debe ocupar un lugar prioritario en las características del mismo. Jonathan Ford, fundador de Pearlfisher en Londres, opina en cuanto a las tendencias del packaging que hay tres que están ganando impulso, situando el enfoque sostenible en primer lugar, seguido de la inclusión y la adaptación personalizada (Revista gráffica nº 9, pág. 32). En este caso también era importante apostar por etiquetas sencillas y versátiles, que nos permitieran transmitir claramente los ingredientes y alérgenos. Etiquetas polivalentes que aumenten lo menos posible el coste final del producto. Aquí se cumplen de nuevo varias de las características que Emóleo considera que debe tener un buen diseño: útil, estético, sostenible y emocional.